Reseña
de una novela
Anamari Gomis, La vida por un imperio. México,
Ediciones B, 2016. 195 páginas.
Por Oscar Ernesto
Hernández López
Maestría en
Literatura Aplicada
Comunidades
Virtuales de Aprendizaje
Universidad
Iberoamericana Puebla
Esta novela de la
escritora mexicana Anamari Gomis, profesora de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, autora de ensayos como Ya
sabes mi paradero (2002), Sellado con un beso (2005) y los Demonios de la
depresión (2008), aborda un tema que ha causado controversia después de que
el Segundo Imperio Mexicano sucumbió ante el triunfo juarista y se proclamó la
restauración de la República. Pretende confirmar los rumores sobre el paradero
de Maximiliano de Habsburgo que Rolando Deneke publicó en un artículo bajo el
título El archiduque Maximiliano no fue fusilado: murió en El Salvador con
104 años y el nombre de Justo Armas (diario ABC, 2001) en el asegura que, debido
a la fraternidad masónica, Benito Juárez no lo mandó al paredón, sino que le
perdonó la vida y le facilitó la fuga.
El
hilo conductor de la novela está en la búsqueda de la evidencia de que
Maximiliano de Habsburgo no fue fusilado en el Cerro de las Campanas, se dice
que el emperador hizo un pacto con el presidente Juárez y otorgó todas las
facilidades para salir del país con el nombre falso de Justo Armas exiliándose
en El Salvador donde pasó el resto de su vida hasta su muerte ya avanzado el
siglo XIX. Anamari Gomís narra la historia de Fernanda, estudiante y ama de
casa que, invitada por su profesor Segismundo Altamirano, un reconocido
historiador y excelente investigador quien, además de entrado en años es un
excéntrico personaje, realiza con él un viaje pleno de aventuras. Primero van a
Cuba y después a Centroamérica. La justificación del viaje es confirmar que la
verdadera identidad de Justo Armas es la de Maximiliano. La historia se
desarrolla en 1987, las expectativas de Fernanda no se cumplen, el viaje le
ocasiona la ruptura matrimonial y un preocupante bache económico.
Cuando
leí esta novela hace unos 5 meses, pensaba en la frase que dice que la historia
la escriben los vencedores, sin embargo, el lado de los perdedores también
tiene intereses a los que responde la forma en que los derrotados narran los
hechos; generalmente es la cúpula de éstos quienes lo hacen, de cualquier
manera, vale la pena considerar su punto de vista, ayuda a equilibrar
criterios. Esta novela es, en el fondo, un intento por reescribir la historia,
encontrar la razón por la que coincidieron tantos hechos que podrían
considerarse incluso misteriosos: la conformación de la guardia a la hora del fusilamiento
del ex emperador, el mal diseño del ataúd en el que no cabía el cadáver del
fusilado, las vicisitudes en su traslado que acabaron por “ennegrecer” el
cadáver embalsamado que probablemente no reconocería ni su madre. Lo habitual en los conflictos bélicos es
narrar los hechos de armas, esos son los que captan la atención de los
historiadores y cronistas, y quedan relegados en gran medida todos aquellos
acontecimientos que constituyen la trama detrás de los primeros y, a falta de
evidencias debidamente documentadas, surgen leyendas que emergen de rumores.
Aunque se trata de una novela, y por supuesto que la autora se otorga la
autoridad para fantasear y apartarse de la realidad, siempre debe existir un
criterio de verosimilitud y un misterio que mantenga el interés el lector hasta
llegar a un desenlace que no necesariamente es lo que éste espera, pero tampoco
debe causar decepción. Para mi gusto, este es el caso, la novela tiene un final
no esperado pero que no cumplió con mis expectativas. Obviamente no esperaba
que se demostrara la identidad de Maximiliano detrás de la personalidad de
Justo Armas, pero tampoco esperaba un final que aprecio como poco imaginativo.
El tema es enganchador y, aunque no se trata de la historia de los emperadores Maximiliano y Carlota ni mucho menos de una obra de los alcances de Noticias del imperio de Fernando del Paso, la personalidad de Maximiliano siempre cautiva, y tratándose del destino de su cuerpo, sobre todo de la posibilidad de que no haya sido fusilado, la hace particularmente interesante. La novela busca pruebas de la huida del emperador a El Salvador y, en medio de aventuras, amores y algo de brujería, deja ver el hilo que se sigue en una investigación histórica, Segismundo es “un viejo lobo de mar” en estos menesteres y Fernanda, aprendiz apenas, sigue fielmente los pasos de su maestro, sabe cómo trabajar una investigación con rigor científico, y lo va evidenciando a lo largo del viaje. La autora busca en este trabajo lo que Jablonka (216) describe como escritura libre, justa y original al conciliar la creación literaria con la historia con ello se fortalece el aspecto científico de la investigación lo que contribuye a la comprensión no solo del pasado, ayuda a entender el presente.
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La
novela de Anamarí Gomís rescata una de las leyendas más populares del Segundo
Imperio Mexicano, busca, a partir de datos poco conocidos, la hebra que la
lleve a través de sus personajes a descubrir lo que ha permanecido escondido.
Rascando en archivos particulares y conectándolos con tradiciones orales y
leyendas populares busca las huellas que le permitan llegar a una conclusión
razonablemente aceptable. |
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Otro de los argumentos que fortalecen la teoría del posible perdón a Maximiliano está en las solicitudes de clemencia para el archiduque de Austria que llegaron al presidente Juárez desde diversos personajes de la política mundial de esa época, hubo también solicitudes de sus defensores mexicanos como el coronel Miguel López que intentó negociar con el general Mariano Escobedo la salida de México del fracasado emperador
La bibliografía sobre el Segundo Imperio
Mexicano, poco resalta la participación de las mujeres a lo largo de esta
época, es en este episodio en el que hay mayor presencia de ellas, destacan la
petición de la Reina Sofía, madre del archiduque y la audiencia solicitada por
la princesa de Salm Sal al presidente Juárez en San Luis Potosí, la distinguida
dama imploró de rodillas el indulto para Maximiliano.
Aunque
la novela La vida por un imperio busca develar el misterio sobre lo
sucedido con Maximiliano después del Cerro de las Campana, la figura de la mujer
protagonista de la historia no aparece, el ex emperador padecía disentería y
por eso fue trasladado al exconvento de las Teresitas, pero nunca se hace
referencia a ninguna monja, luego fue llevado al convento de las Capuchinas
donde permaneció hasta el día de su fusilamiento, ni de casualidad se menciana
a mujer alguna, se habla de que en el interior se instalaron soldados pero las mujeres
siguen invisibles, hay referencias a personas concretas como el Eulalio Ortega,
el jesuita Agustín Fisher, John Bahnsen, Mariano Riva Palacio, Federico Hall y
Samuel Basch entre otros, pero ninguna
mujer aparece en la relación de las personas cercana al archiduque austriaco.
Esta y otras novelas históricas sobre el Segundo Imperio Mexicano no hacen
visible a la mujer que se sacrificó en la defensa de la patria, las que
aparecen son las de la alta sociedad, las mujeres humildes, las mujeres del
pueblo, incluso de la clase media no figuran, aunque su participación haya sido
importante.
Esta
novela sirve de modelo literario para recuperar un hecho histórico que, además
de los datos debidamente documentados, toma una leyenda que fue creciendo en
popularidad gracias a los rumores que circulaban en el pueblo. La narrativa
histórica, como casi todos los ámbitos de la sociedad, ha estado dominada por
una cultura patriarcal, el sesgo se nota en todas las actividades en las que se
establecen diferentes tipos de relaciones entre los seres humanos, se impone en
estas relaciones de poder, el criterio del más fuerte. Destinada al infortunio
se ha fijado como un objetivo social, hacer visible a la mujer que, con su
valentía, inteligencia y sagacidad, contribuyó a la causa con la que se
identificó, arriesgándolo todo, incluso la vida.
Referencias
Gaulot,
Paul. Expédition du Mexique 1861 -1867. Paris: Societé d’Editions
Litteraires et Artistiques, 1906. Print.
Gomis,
Anamari. La vida por un imperio. México: Ediciones B, 2016. Print.
Jablonka,
Ivan. La historia es una literatura contemporánea. Buenos Aires: Fondo
de Cultura Económica de Argentina, 2016. Print
Valdelomar,
Rosa. “El archiduque Maximiliano no fue fusilado: murió en El Salvador con 104
años y el nombre de Justo Armas”. ABC [Madrid, España] 4 Mar. 2001: s.p.
Web 16 Feb. 2021.


Buena reseña de una interesante novela, y la hace interesante su tema, el perdón del Emperador Maximilian por parte de Juárez, la reseña es clara y objetiva, dan ganas de leer esta novela cuyo tema se me hace romántico pero pico probable, veo difícil que Juarez, un tipo soberbio y acomplejado y con delirio de poder, quien fue capaz de vender parte del territorio nacional con tal de consolidarse en la presidencia, le haya perdonado la vida a un hombre que muy probablemente lo tenía obsesionado y veía para arriva, sería como si Lopez Le perdonara la vida a Calderón si tuviese oportunidad de condenarlo a muerte, simplemente lo veo imposible, como sea considero esta una muy buena reseña.
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